Estaciones de Freeride. ¿Romanticismo o negocio sostenible?
Desde que inicié mis colaboraciones periódicas en Aulua, este será el primer artículo sobre el mundo de las estaciones de esquí, especialmente dedicado a los practicantes de este maravilloso deporte. De todas formas huiremos de los espacios masificados y los convencionalismos, vamos a hablar de pequeños paraísos escondidos donde nunca han oído hablar de pistas marcadas, ni colas en los remontes.
Foto: Elan
A lo largo de los últimos decenios han ido proliferando estrategias de ampliación y/o unificación de estaciones de esquí con el objetivo de crear grandes dominios esquiables que satisfagan aquella máxima de no pisar la misma nieve a lo largo de tu jornada o semana de esquí, dependiendo de la cordillera de que estemos tratando, está claro. En primer lugar fueron los Alpes, para posteriormente ir llegando nuevas inversiones al mundo de la nieve en los Pirineos que permitieron proliferasen (a su escala) grandes complejos turísticos como los de Grandvalira, Aramón (Formigal o Cerler y su gran ampliación prevista), Alp 2500, Vallnord, …
Curiosamente esta tendencia no fue la que siguió el mercado norteamericano donde, aún contando con complejos razonablemente grandes, ha ido poco a poco haciéndose hueco un mercado más selecto y minoritario como es el del freeride o esquí fuera pistas.
Dejando aparte la exclusiva oferta del heliesquí, a lo largo de estos últimos años han ido apareciendo pequeñas estaciones de esquí con escasas instalaciones con el fin de únicamente hacernos ganar desnivel para, generalmente con la ayuda de un guía, poder disfrutar de nieve virgen y parajes inmaculados. Estamos hablando de huir del mundo de las masificaciones, las colas, el riesgo de ser atropellado en pistas, las urbanizaciones construidas con menor o peor criterio y rigor en la base de las estaciones,… Nos aproximamos a un esquí de mayor contacto con la naturaleza, a la que se le intenta agredir lo menos posible; lo sumo un remonte y algún albergue sencillo a pie de pistas.
Este tipo de lugares también existen en Europa; por ejemplo tenemos el caso paradigmático de La Grave (Alpes franceses), donde podemos acceder a un desnivel de más de 2.100 m. por el itinerario que nuestra técnica y destreza nos lo permita. <Lugar al que dedicaré un post especial ya que tendré la oportunidad de poder visitar en breve>. También podríamos incluir el caso de los míticos Aiguille du Midi en Chamonix o el Midi Bigorre en los Pirineos.
En España, tenemos un caso similar que es Tavascán, donde desde sus pequeñas instalaciones de la Pleta del Prat, nos permiten acceder a una serie de descensos espectaculares en el marco incomparable de una de las zonas de mejor conservación de la calidad y cantidad de la nieve en el Pirineo. Un telesilla de pinza fija y un pequeño albergue a pie de pistas es toda la infraestructura que presenta para garantizarnos, si el tiempo y la nieve acompañan, fines de semana de ensueño.
Precisamente este es el tipo de estaciones y negocios en los que se tendrían que fijar potenciales inversores locales y, sobre todo Organismos y Entes Públicos para realizar nuevos proyectos relacionados con el esquí. A lo largo de la última década se ha comprobado que el negocio de explotación de una estación de esquí, más allá de la posibilidad que haya malos o buenos años de nieve, sólo se rentabilizan en la mayoría de los casos a través de grandes planes urbanísticos de segundas residencias de gran impacto sobre el territorio, en el que se queda un parte ínfima del efímero beneficio generado alterando completamente sus estructuras socio-culturales del mismo. En los últimos 2 ó 3 años encontramos numerosos ejemplos donde se pone en duda la viabilidad económica de una estación de esquí; como por ejemplo Espui (Vallfosca Resort), donde independientemente de la quiebra de la promotora, la rentabilidad del proyecto sólo se sustentaba en la elaboración de un importante plan de urbanización del valle, o Port Ainé, o Port del Comte, o Espot, donde ha tenido que intervenir la propia Generalitat al estar en quiebra; o el último caso, este mismo año Boí Taüll, arrastrada por la quiebra de la inmobiliaria NOZAR).
Otros casos de completa alteración del territorio en cuanto a sus principales medios de vida y estructuración de sus pequeñas comunidades podemos encontrarlos de forma paradigmática en por ejemplo el caso andorrano y su hiperurbanización hasta límites insospechados, o el de la Cerdanya donde se ha llegado a obligar a colocar cinta adhesiva en los cencerros de las vacas para no estorbar la siesta de los visitantes de fin de semana.
Por otro lado, quiero mostrar que siempre estaré personalmente a favor de que surjan y se desarrollen nuevos proyectos, potenciales generadores de riqueza en zonas de tradicional abandono. Reivindicaré que no se vean paralizados por este cierto nuevo fundamentalismo ecológico que se está extendiendo por la sociedad, por cierto generalmente afincado en las zonas urbanas, y que impediría cualquier tipo de alteración del medio; sin tener en cuenta las enormes y crecientes dificultades con las que se encuentran los últimos habitantes de determinadas zonas «condenadas» a servir de reservas naturales, donde comparten peligro de extinción junto a determinadas especies de flora y fauna autóctonas.
CASO DEL SOBRARBE (HUESCA)
Un caso donde claramente podrían caber el desarrollo e un proyecto similar sería el de la comarca del Sobrarbe, comarca oscense de la que poseo mucha información directa y en la que se debate desde hace lustros sobre el interés y/o necesidad de llevar a cabo algún tipo de inversión en turismo de nieve. Preliminarmente señalar que nos encontramos ante la única comarca pirenaica que carece de este tipo de instalaciones.
Es un caso en el que encajaría perfectamente el proyecto de este tipo de estaciones, en tanto:
– Tiene las condiciones de nieve, paisaje y montañas ideales para el mismo. De los dos proyectos existentes (Ruego y Punta Suelza), destaca este último al poderse garantizar un desnivel de más de 1.500 m. desde lo alto de la misma (2.973 m.), quedando como el indiscutible punto más alto en la cordillera al que se accediera por medio mecánico.
Se trata de una montaña de relativo fácil acceso desde el valle de Chistau y sus laderas muy bien orientadas están recubiertas de verdes praderas que garantizarían una generosa innovación natural.
– Está rodeada de centros invernales (sur de Francia o Cerler sobretodo tras la futura ampliación) convencionales, donde poder cumplimentar una semana de esquí mixta. Carecería de sentido el invertir en una «estación convencional» y pretender hacerse sitio en un mercado que da claras muestras de saturación de oferta y de dudosa rentabilidad como he explicado anteriormente.
– Es el tipo de proyecto que se adecua perfectamente al tejido social de la comarca, donde apenas residen 7.000 personas y contiene algunas de las mejores reservas naturales del país (Parque Nacional Ordesa; Parque Natural Posets-Maladeta; Sierra Guara; …)
– El actual visitante habitual de perfil muy montañero, amante de la tranquilidad y ajeno a las masificaciones generadas por los grandes centros invernales lo vería mayoritariamente de forma positiva.
– No tiene porque implicar necesariamente grandes y desproporcionados proyectos urbanísticos a fin de garantizar su viabilidad.
– Atendería a un nicho de mercado potencial en franco crecimiento como es el del freeride («esquí fuera pistas o en libertad«), pudiéndose convertir en un centro de referencia de aficionados a dicha práctica.
NOTA FINAL:
Al acabar de corregir este artículo recibo la noticia de que un empresario (Luis Vecino) ha reunido este mismo mes a representantes municipales de la comarca para presentarles un ambicioso y desmesurado proyecto con más de 3.000 millones de euros de inversiones que incluye las 2 estaciones de esquí comentadas, varios campos de golf, complejos hoteleros y, átense los machos, un circuito de F-1; spas; casinos; …
En su opinión, se generarían 10.000 puestos de trabajo -no olvidar que la comarca cuenta con apenas 7.000 habitantes, la mayoría jubilados- . Esperemos que todo esto, como otras veces anteriores, quede en agua de borrajas. Aunque el problema es que mientras se pierden tiempo y energías en estos proyectos faraónicos e irreales, no se abordan iniciativas verdaderamente interesantes para el futuro de la comarca como por ejemplo la que se ha descrito anteriormente.
Para más info:
· Web de Tavascán
· Web de La Grave
· Web del Pic du Midi Bigorre
· Web de Aiguille du Midi y su Vallee Blanche
· Web Punta Suelza/Ruego (muy intersantes!!)
Fdo. El San Bernardo
